En lo más recóndito del bosque de hayas de la Sierra de la Demanda,
el misterio del agua que renace a cada instante entre la vegetación,
y que se reposa y remansa en este recodo,
para rebasarse y seguir su camino silencioso
entre los trinos de los pájaros, y los suspiros de los árboles.
Es vivificante ver los deslumbrantes reflejos e irisaciones de la luz,
bailando entre las hojarasca de las hayas,
la frondosidad de la maleza,
el silencio del momento que te parte el alma,
en un paseo que mereciera ser siempre repetido,
porque alimenta esa sensación sublime de formar parte de un todo,
ser y sentir de la naturaleza,
de los bosques de EZCARAY.